Temores de desaceleración económica en EE.UU.: Aunque el PIB mostró un crecimiento sólido del 2,8%, han surgido preocupaciones sobre el futuro debido a indicadores mixtos como el aumento del desempleo y la desaceleración en la creación de empleo, aunque esta sigue siendo positiva.
Capacidad de respuesta de los Bancos Centrales: Las políticas monetarias actuales son restrictivas, lo que da margen a los Bancos Centrales para bajar los tipos de interés si es necesario, con la posibilidad de que esto ocurra en septiembre, especialmente en EE.UU. y la eurozona.
Correcciones bursátiles y perspectiva a largo plazo: Las recientes correcciones en los mercados bursátiles son vistas como ajustes normales tras subidas previas, y se recomienda mantener la calma y una visión a largo plazo, dado que el entorno macroeconómico aún no es negativo y hay espacio para políticas de estímulo económico.
Crecimiento económico moderado en la eurozona: El PIB creció un 0,3% trimestral (1,2% anualizado) en el segundo trimestre, mientras que los PMI, especialmente en el sector manufacturero, sugieren un débil crecimiento futuro.
Inflación e incertidumbre económica: La inflación subyacente se mantiene en el 2,9%, por debajo del objetivo del BCE, con expectativas de una tendencia bajista moderada debido a la creciente incertidumbre económica, que podría limitar el aumento de salarios y servicios.
Mercado laboral y preocupaciones sobre una recesión en EE.UU.: A pesar de la resiliencia del mercado laboral, un ligero aumento en la tasa de paro y la desaceleración en la creación de empleo en julio han alimentado temores de una posible recesión. Aunque la inflación ha descendido, el déficit y la deuda pública siguen siendo preocupaciones importantes, exacerbadas por la incertidumbre electoral.
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