Una de las claves para realizar un proceso de exportación cómodo, efectivo y en las mejores condiciones consiste en conocer la fórmula de venta que atraerá al público objetivo en los mercados de destino. Después de realizar una investigación apropiada, una empresa puede conocer las condiciones socioculturales, la cultura y las tendencias de consumo que se encuentran en un país extranjero, lo que permite elegirlo para la venta exterior.

Las empresas andaluzas pueden conocer toda esta información para preparar sus estrategias de internacionalización, decantándose por métodos como el comercio electrónico para enviar sus productos a países de todo el globo como China, Estados Unidos o México. De esta forma, pueden digitalizar su negocio para reducir costes y optimizar todos los procesos administrativos en el momento del envío del producto fuera de las fronteras españolas.

A continuación se exponen las recomendaciones adecuadas para que las empresas puedan empezar a innovar en su modelo de negocio, incorporando recursos digitales que les permitirán captar proveedores con facilidad o lograr una buena imagen de marca para fidelizar a los consumidores internacionales a largo plazo.

Los beneficios de la digitalización para las perspectivas internacionales de las empresas andaluzas

La tecnología ha cambiado la manera en que los negocios andaluces afrontan la exportación de sus productos, porque ha permitido monitorizar su envío hasta los mercados de destino y ha propuesto nuevas fórmulas productivas que aceleran la fabricación de su mercancía. La digitalización ha supuesto un pilar fundamental para ellas, así que el primer paso consiste en descubrir cuáles son sus ventajas y de qué forma pueden emplearlas a su favor para lograr un buen volumen de ventas en el extranjero.

El primer beneficio del entorno digital es que permite conocer nuevas oportunidades para la empresa en mercados distintos a los que ya conoce. La Unión Europea, la ASEAN o Latinoamérica son tres mercados de gran valor que pueden beneficiarse de la implementación de los avances tecnológicos en los procesos de envío de las empresas andaluzas.

En segundo lugar se encuentra la mejora en la estrategia y las ventas en los mercados donde se opera en la actualidad. La posibilidad de segmentar el público a través de dispositivos como un ordenador permite conocer los intereses y las intenciones de compra de los usuarios interesados en el producto.

La tecnología permite, también, hacer testeos de productos y servicios a distancia, logrando un buen nivel de productividad y consiguiendo que los costes de producción se reduzcan hasta el cincuenta por ciento.

El ecosistema digital garantiza, también, que se produce una gestión efectiva de las campañas publicitarias. Esto se produce a través del control del gasto en tiempo real dependiendo de cada acción y el conocimiento del resultado que produce en un período breve de tiempo.

En último lugar, favorece una imagen positiva de la empresa. No solo es posible automatizar procesos dinámicos para que se produzcan con rapidez, sino que también es posible ofrecer una vía de contacto directa con el cliente para resolver todas sus dudas y fomentar su fidelización a largo plazo.

Así puede aplicarse la internacionalización al comercio exterior de las empresas andaluzas

Conocer las ventajas de la digitalización es solo el primer pilar en la organización de una auténtica estrategia de internacionalización que permita aprovechar la tecnología para el beneficio de las empresas. Gracias a un análisis previo de la situación socioeconómica de los países de destino, es posible reconocer las oportunidades exportadoras que permitirán a los negocios preparar todo su modelo productivo para la exportación a gran escala.

El primer consejo para aplicar correctamente el entorno digital al negocio consiste en hacer un análisis previo y una definición de objetivos. Desde los mercados a los que se quiere acceder hasta los contactos o leads profesionales que se desean captar, o el testeo de un producto en un mercado concreto. En este sentido, se debe hacer un estudio concreto de las empresas locales e internacionales que están operativas en cada zona, así como el apartado legal que dirige cada región o país extranjero, lo que permite alinear los objetivos propios con las condiciones que dirigen cada mercado.

A continuación, es necesario hacer una segmentación correcta del público y ofrecer canales digitales de contacto adecuados. Además de trazar un perfil demográfico y psicológico de los futuros clientes, es importante responder preguntas como quién va adquirir el producto y qué beneficio aporta, de forma que se puede decidir convenientemente cuál es el medio digital adecuado para contactar con el usuario final. Junto a la página web, deben establecerse redes sociales, un correo electrónico e incluso un chat en vivo para atender cualquier duda durante el proceso de compra en internet.

Finalmente, debe preparase la integración de un CRM que permita gestionar todo el proceso de contacto con los consumidores. Este sistema de Costumer Relationship Management (Gestión de Relaciones con el Cliente) permite centralizar en una sola base de datos todos los procesos de información del departamento comercial, el de marketing y el de atención al cliente. Una vez se consigue un correo electrónico o un contacto, el programa procede a enviar mensajes personalizados en función de las características de cada cliente, lo que permite ofrecer la mejor atención a cada uno de ellos en su propio idioma.

Seguir estas tres recomendaciones es clave para preparar una estrategia de venta digital que permita alcanzar nuevos mercados de destino con grandes posibilidades de venta. Caja Rural del Sur trabaja día a día para favorecer la integración de las empresas andaluzas con las nuevas tecnologías, ofreciéndoles los mejores productos de financiación internacional para que puedan preparar su propia cartera de inversiones digitales de cara al futuro. Además, la entidad les acompaña en todo su proceso de internacionalización, para que su comercio exterior consiga dar buenos frutos en forma de ventas en la exportación a largo plazo.