Si algo tiene el verano es que nos anima a tomar buenas decisiones financieras. Ahora tenemos más tiempo de respirar, disfrutar de las vacaciones y hacer balance de cómo ha ido el año hasta ahora, poniendo las bases para los siguientes cinco meses. En este proceso es importante que hables con tus niños para que ellos también participen de tu economía y puedas enseñarles buenas dosis de educación financiera.

Cuanto antes empieces a hablarles de economía, antes empezarán a entender conceptos básicos como el funcionamiento de las facturas o cómo se distribuyen los ingresos y los gastos de la casa. Empieza por asignarles una paga semanal, de forma que empiece a entender cómo ahorrar aunque tenga distintos costes hormiga como los snacks del recreo o los bonos que se saque para ir con los amigos a la piscina.

En este artículo te enseñamos una serie de consejos que puedes aplicar en el día a día para que el verano se pase volando y los niños aprendan trucos de ahorro. ¿Te animas a descubrirlo con nosotros?

Enseña educación financiera a los pequeños con estos trucos de ahorro

PISA informa de que un gran número de niños españoles menores de edad no es capaz de tomar decisiones sobre el gasto financiero ni resolver asuntos sencillos de economía. Los datos indican que debemos poner freno a esta situación y ayudarles a identificar conceptos básicos que les permitirán enfrentarse al mundo cuando empiecen a adquirir responsabilidades en el futuro.

En primer lugar, ponte a hacer una lista de compras con ellos. Verás cómo empiezan a sacar de la lista todo aquello que no supone un gasto real o importante: no solo los snacks, sino también los juguetes que ni siquiera utilizan ya y que podrían revender para sacarles algún beneficio. Esto les ayudará a identificar aquello que realmente quieran ahorrar durante el verano.

Luego puedes ayudarles a proponer un presupuesto recurrente. Dales una paga con un billete de 20 euros, en vez de darle billetes de 5, de forma que entiendan cuánto cuesta ganarlo y se lo piensen dos veces antes de tomar decisiones financieras erróneas.

Después, es solo cuestión de llevártelos de compras contigo. ¿Por qué? Porque así entenderán el dinero que valen sus cuadernillos de verano, o comprenderán por qué tienen que comparar distintas ofertas de precio/calidad antes de hacer la compra en el supermercado. Pregúntales por qué comprarían una fruta o una verdura y enséñales trucos de ahorro en la lista de la compra para cuando sean mayores.

Ahora solo tienes que enseñarles trucos de ahorro. Si te aburren los métodos tradicionales, solo es cuestión de emplear la técnica de los botes para sacarles de su realidad y forzarlos a entender cómo funciona el mundo de la gestión financiera.  Dales un recipiente para guardar el dinero según el objetivo de ahorro que tengan: una videoconsola nueva, un juguete o incluso un libro que les guste mucho. Después, ayúdales a entender cuándo una meta es en el corto plazo, cuándo es en el medio plazo y cuándo es en el largo plazo. De esta forma sabrán cómo priorizar sus ingresos y gastos según la meta que deseen conseguir.

Intenta, también, que tomen decisiones financieras de calado. Esto es vital para que empiecen a desarrollar una mentalidad sostenible y ecológica, que les ayude a llevar una vida más responsable de ahora en adelante. Asígnales un dinero para gastar en tu comercio local favorito y permítele que compre lo que quiera, con la condición de tener una charla después para hacerles entender si han tomado una buena o una mala decisión.

En último lugar, juega con ellos para que aprendan las bases financieras del hogar. Puedes servirte de juegos de mesa como el Monopoly o el Risk y videojuegos como Los Sims, perfectos para simular distintas situaciones: un propietario de pisos, un terrateniente e incluso un padre de familia con muchos gastos fijos y esporádicos. Vigílalos y corrígelos si toman malas decisiones para despilfarrar el dinero, de forma que estén prevenidos si alguna vez viven esos roles vitales en un futuro no muy lejano.

En todo este tiempo, tienes que reforzar sus comportamientos positivos, para que valoren sus propios progresos y vayan cumpliendo sus objetivos de ahorro a largo plazo. Con una cena en familia o un pequeño capricho, pueden entender la importancia de tener unas metas propias y trabajar por ellas siempre que puedan. Verás cómo, si logras que desarrollen esta mentalidad, no tendrán ninguna dificultad para enfrentarse a situaciones financieras específicas cuando vayan creciendo.-