José Luis García-Palacios Álvarez, Presidente de Caja Rural del Sur, explica en una entrevista realizada por Mercados21 la evolución de la entidad en este complicado año ante la pandemia.  En este escenario destaca la fortaleza e independencia de las entidades que forman el Grupo Caja Rural, y subraya la importancia de aprovechar los fondos europeos para la recuperación así como la necesidad de colocar a la empresa en el centro de la estrategia económica y política.

-El balance consolidado de 2019, aprobado por la Asamblea General, constata una sólida ratio de cobertura y solvencia y un crecimiento de más del 11% en inversión crediticia. ¿Qué previsiones maneja la entidad para este complicado ejercicio con la crisis del Covid19?

Ciertamente el pasado ejercicio 2019 ha significado la constatación de nuestro modelo de negocio, en el que hemos intentado mejorar respecto a ejercicios anteriores y de lo cual se deduce que algunos de los objetivos que nos fijamos entonces los hemos alcanzado y que los procedimientos que hemos implementado están dando sus frutos. Si bien, debemos tener presente que no ha sido nada fácil, una cosa es contarlo y otra bien distinta vivirlo. Nuestras previsiones para este año 2020 eran bien distintas por lo que nos hemos tenido que ir adaptando, la economía nacional y la  andaluza estaban en unas condiciones totalmente diferentes a las actuales hace tan sólo ocho meses. Sin embargo, y motivados por la actitud y aptitud de nuestro equipo, hemos afrontado un ejercicio complejo como nunca, con incertidumbres desconocidas y con unas posibles consecuencias que nos han inclinado a seguir aplicando principios de cautela y moderación en nuestras proyecciones, siendo conservadores en reforzar nuestra solvencia y provisiones, sin que esto haya conllevado detrimento alguno en seguir prestando el mejor servicio financiero a nuestros socios y clientes en una situación tan sobrevenida. Podría decir que nos hemos esforzado en tratar de ser óptimos, en empatizar con todos los factores y protagonistas de nuestro entorno, porque hemos priorizado que nuestro servicio es esencial y así lo hemos intentado practicar.

-Del volumen total de crédito concedido en lo que llevamos de año, ¿qué montante se ha destinado al apoyo de pymes y autónomos?

A lo largo del último ejercicio la entidad se ha volcado en aportar crédito al tejido productivo andaluz y las familias. El crecimiento de la inversión crediticia fue del 11,06 % hasta alcanzar los 460 millones de euros, incrementando nuestra cuota de mercado en todas las provincias andaluzas donde operamos. Hemos, por tanto, incrementado notablemente el apoyo y los servicios de financiación en este ejercicio, alcanzando unos ratios y volúmenes considerablemente por encima del anterior como he mencionado. Es cierto que esto ha sido también motivado por las medidas aplicadas desde el gobierno central como la línea de préstamos ICO y la cobertura de avales de SGR Garántia, con los cuales hemos facilitado una herramienta que a buen seguro ha ayudado a sobrellevar la actual situación a quienes han podido mantener a flote su actividad en unas circunstancias tan adversas para toda la sociedad.

-¿Qué papel está jugando Caja Rural del Sur en la línea especial de liquidez para las empresas afectadas por el Covid acordada por la Junta de Andalucía y Garántia, y que ha sido prorrogada hasta marzo de 2021?

Tengo que decir que la SGR Garántia ha jugado un papel muy relevante en las pymes y autónomos, resultando una medida coadyuvante para miles de pequeñas empresas y autónomos, una medida importantísima sin duda alguna, además de la gran gestión llevada a cabo por parte de sus responsables. Precisamente por eso y, en esa línea, podemos decir que somos la principal entidad que ha aprovechado esas líneas de aval para reforzar cuando fuera necesario y al mismo tiempo hacer posibles las líneas de financiación que tanto han necesitados nuestros clientes y socios.

-Somos la principal entidad que ha aprovechado la línea especial Covid activada por la Junta de Andalucía y la SGR Garántia

La crisis sanitaria ha derivado en una crisis económica de proporciones formidables, con contracciones del PIB sin precedentes. Tanto el Banco de España como la Unión Europea sitúan a España como el país desarrollado con mayor caída de su economía, con un retroceso superior al 12%. La mayoría de los expertos hablan de una recuperación en “U”. Pero ¿cuánto tiempo podemos estar en el valle de esa “U” a la vista de los datos?

Pienso que dependerá del acceso a la tan esperada vacuna; de la buena y adecuada utilización de los fondos europeos, tanto en tiempo como en forma; de la postura que tome el gobierno central a la hora de llevar a cabo el anunciado aumento de la presión fiscal, así como de la elaboración de políticas que pongan a las empresas en el centro nuclear de la recuperación de España. Estimo que, si se produjeran la mejor expresión de estos términos, quizá no fuera descabellado pensar que en el 2023 tuviéramos una recuperación suficiente que aportara a nuestra sociedad el principal ingrediente que actúa como combustible en toda la labor que tenemos por delante, la confianza.

-De hecho, los principales indicadores económicos (desempleo, adquisición de bienes de equipo, exportaciones, demanda agregada y consumo) dibujan una realidad dura y muy cruda. ¿Debemos esperar un 2021 con un incremento mayor de lo esperado en las ratios de mora e insolvencia por la situación de las empresas y las familias?

Todas nuestras proyecciones así nos lo han indicado, aunque tampoco hay que ser un “oráculo” para preverlo. Lo cierto es que ante una situación esperada de esta manera lo único que no hay que hacer es quedarse de brazos cruzados, hay que actuar anticipándonos y buscando medidas de flexibilización, analizando escenarios que a buen seguro podrían darse, aun por extremos que resultaran, y diseñando las soluciones posibles que puedan mitigar sus efectos, poniendo todo esto en equilibrio con la actividad y preservando la viabilidad de la entidad. Pero si algo tenemos muy presente ante esta situación es que nosotros siempre estaremos en la disposición de ser parte de la solución, nunca del problema.

Garcia-Palacios Alvarez interior

-La gran incertidumbre generada, ¿trastoca de algún modo la planificación estratégica de la entidad o su modelo de cooperativa de crédito la hace más resistente ante embates de esta envergadura, como ya ocurrió en la crisis de 2008?

Cualquier estrategia debe tener un gen fundamental que es el de la dinámica adaptación. Si no fuéramos capaces de virar con agilidad nuestras estrategias, nos veríamos abocados a momentos que someterían a mucho estrés las estructuras y la propia viabilidad de la entidad. Por ello practicamos el sano ejercicio de la alerta temprana y, por llamarlo de alguna manera, provisiones previsoras. Quizás esto lo permita nuestro modelo cooperativo, aunque a buen seguro no es propiedad exclusiva de nuestro perfil de entidad financiera, me inclino más a que es más fruto del concepto de servicio al socio que llevamos a la práctica en base a los principios cooperativos y del convencimiento de estos.

El sector financiero se encamina a mejorar la competitividad, la comodidad en el servicio al cliente y la seguridad en todos los aspectos.

-El Banco Central Europeo se muestra favorable a nuevas fusiones entre entidades financieras como cortafuegos a las consecuencias de la crisis y la baja rentabilidad del sector en los últimos años. ¿En qué posición se encuentra Caja Rural del Sur ante nuevos movimientos en el tablero del sistema financiero español?

Formamos parte del primer grupo cooperativo de crédito de España en todos los términos, Grupo Caja Rural. Hace unos años constituimos un MIP, mecanismo institucional de protección, que nos permite una cohesión interna alta y una cobertura solidaria entre las 29 entidades que lo conformamos, de manera que tenemos una actividad de supervisión y control participada por todo el grupo que, aun sin empeñar la autonomía e independencia de cada entidad, nos regimos por unas políticas generales y comunes paras todos. Por ello, sin desdeñar esas consecuencias y la muy baja rentabilidad del negocio tradicional, nuestra preferencia como entidad y grupo es seguir manteniendo nuestra capacidad de decidir cómo, cuándo y con quién queremos seguir trabajando para seguir siendo suficientemente solventes, cuestión que por ahora no entra en nuestros planes.

Si algo ha traído consigo la pandemia es una aceleración extraordinaria de la digitalización de las empresas. El sector financiero también lleva los últimos años haciendo una apuesta importante en este sentido. ¿Cuáles serán los próximos hitos de Caja Rural del Sur en este proceso?

De igual manera que en la respuesta anterior, nuestro grupo tiene también indepedencia tecnológica, disponemos de una compañía informática, RSI, que provee el desarrollo tecnológico del grupo desde hace muchos años y en la cual tenemos un plan estratégico de digitalización bien definido y específicamente dirigido a mejorar el servicio a nuestros clientes y socios.

-En un escenario como éste, ¿qué papel va a jugar la colaboración entre entidades financieras “tradicionales” y las fintech de nueva generación?

Pienso que la colaboración es muy posible, si bien previamente debería plantearse la homologación de las normativas por las que nos deberíamos regir, además de regular un porcentaje importante de las mismas que aun pululan sin un control efectivo ni eficiente, con el consiguiente riesgo para los clientes de estas entidades virtuales. A partir de ese punto, dicha colaboración podría resultar interesante, si bien las entidades convencionales estamos desarrollando los mismos servicios, si no es que los tengamos ya, por tanto nuestro papel será distinto, quizá más completo, al prestar el servicio y atención física a nuestros clientes. Creo que se nos entenderá cuando aseguramos que somos algo más que una “web”…

-Ante tan vertiginosa aceleración del cambio, ¿es posible imaginarse, visualizar cómo será el sector financiero a medio plazo? ¿Cómo se lo imagina usted?

Se nos vaticina un enorme cambio y, si bien esto dependerá de muchas cuestiones que son difíciles de prever, -mejor ejemplo que la actual situación es difícil poner-, y que este cambio no es sobrevenido o inesperado, sí podemos afirmar que todo irá encaminado a una mejora en la competitividad, mejor y más comodidad en el servicio al cliente, así como inmediatez y seguridad en todos los aspectos.