Los datos de consumo no eran tan buenos como era de esperar: el gasto personal se mantenía estancado en marzo y sufría una revisión a la baja en el registro de febrero (desde 0,1% m. hasta 0,0% m.), y el ingreso desaceleraba hasta 0,2% m. y también convivía con una corrección (0,3% m.). Por el contrario, en abril la economía americana creó 211.000 puestos de trabajo. Esta cifra permitió a la tasa de desempleo bajar desde el 4,5% al 4,4%. En Europa, los datos daban señales de que la economía de la zona euro crece a ritmos sólidos, consistentes con un crecimiento del 0,7% trim. en el 2tr17. Se conocía el dato preliminar de PIB de la zona euro, que arrojaba un crecimiento del 0,5% trim. y  ventas minoristas de marzo aumentaban por encima de lo esperado tanto en términos mensuales (0,3%) como en anuales (2,3%). En cuanto a la renta variable, los índices europeos cerraron con subidas, destacando el Ibex, que el jueves se hizo con la cota de los 11.000 puntos.  

En el conjunto de la semana el selectivo se revalorizó un 3,9%, su mayor ascenso semanal desde diciembre de 2016. A pesar de estas subidas prolongadas y de revalidar día a día los máximos anuales, el índice de referencia de la Bolsa española permanece estancado en los niveles de agosto de 2015. Las expectativas del triunfo en Francia del candidato socioliberal también influyeron en la renta fija y el euro. Los inversores dejaron a un lado el bund (0,42%), activo refugio, y se decantaron por otros como el español (el viernes bajó al 1,57% frente al 1,61% del jueves). La prima de riesgo española concluyó en los 110 puntos básicos y la francesa en los 34. La esperada victoria de Macron despejaba las dudas sobre el futuro del euro, que a lo largo del viernes llegó a subir hasta los 1,1 dólares, niveles previos a las elecciones de EEUU.  

En cuanto al petróleo, el barril de Brent cayó de los  50 dólares hasta mínimos de cinco meses  y medio, antes de que los miembros de la OPEP acordaran, por primera vez desde 2008, recortar la producción. Recordamos que el pacto, al que posteriormente se sumaron otros productores no OPEP, suponía una reducción de 1,8 millones de barriles diarios hasta junio. A pesar de ello, la volatilidad sigue presente en el mercado de materias primas.