Semana en la que el foco de atención se mantenía nuevamente en las tensiones comerciales entre EEUU y China. Y es que las autoridades chinas apuntaban la aplicación de un arancel del 25% a 106 productos estadounidenses con un valor comercial que ronda los 50 mm. $; una cuestión a la que la Casa Blanca respondía anunciando la elaboración de un plan arancelario adicional para gravar importaciones provenientes de China por valor de 100 mm. $. A los nuevos aranceles se le sumaba esta semana el débil dato de empleo mensual estadounidense. La economía americana creó 103.000 puestos de trabajo, la mitad de lo previsto por los analistas. Esto impidió a la tasa de desempleo caer al 4%, situándose una décima por encima.
En la Eurozona, conocimos la primera estimación del IPC del mes de marzo y se ajustaba a las previsiones (1,4% a.), sobresaliendo el avance de la inflación subyacente incluyendo alcohol y tabaco (desde 1,2% a. hasta 1,3% a.) y de los precios de los servicios (desde 1,3% a. hasta 1,5% a.). Conocimos también otros indicadores macroeconómicos de la UEM, lastrados por la climatología adversa. Por un lado, el PMI compuesto de la zona euro registraba su mayor caída de los últimos seis años en marzo (desde 57,1 hasta 55,2 puntos), aquejado también por las limitaciones de suministros y mano de obra a corto plazo. Por otro, las órdenes (0,3% m.) y la producción industrial alemana (-1,6% m.) decepcionaban en febrero al verse también afectadas por las huelgas del sector secundario.
En este contexto, las Bolsas europeas regresaban a los números rojos arrastradas por Wall Street, que acabó la sesión el viernes con fuertes pérdidas de más del 2% en los principales índices. El S&P 500 se dejó un 2,2% mientras que el Dow Jones retrocedió hasta los 23.900 puntos con un recorte del 2,3%. El Ibex 35 perdió un 0,60% hasta los 9.682,80 puntos, aunque saldaba la semana con avances del 0,86%. En cuanto a la deuda pública, ésta actuaba como activo refugio. El bono alemán con vencimiento en 2028 caía esta semana del 0,52% al 0,49%, siguiendo la tendencia del bono estadounidense que pasaba del 2,83% al 2,78% del viernes. Distinto comportamiento tuvo el bono español, que tras tocar mínimos anuales la semana pasada (1,15%), concluyó esta en el 1,233%.
La prima de riesgo pasaba así de los 66 puntos básicos a los 72 actuales. La agencia de rating canadiense DBRS mejoraba a última hora del viernes, un escalón la nota de solvencia de la deuda a largo plazo de España, que subía desde ‘A baja’ a ‘A’ con perspectiva estable como reflejo de la fuerte recuperación económica y los progresos realizados los últimos años en la reducción del déficit fiscal, así como por la opinión de que esta evolución seguirán sin verse afectada en gran medida por la situación política en Cataluña. DBRS es una de las cuatro agencias de calificación tomadas como referencia por el Banco Central Europeo (BCE) y volverá a evaluar la calidad de la deuda española el próximo 28 de septiembre. Se trata de la única firma con contrato en vigor con el Gobierno de España para la evaluación de la deuda.
También destacar la muy buena noticia de la subida, por parte de S&P, del rating de la banca española: Santander (de A- hasta A), Popular (de BBB+ hasta A-), BBVA (desde BBB+ a A-), CaixaBank y Bankinter (de BBB a BBB+), Bankia y Sabadell (de BBB- a BBB), y Abanca (de BB- a BB). En cuanto al mercado de divisas, el dólar frenaba la tímida remontada de las últimas jornadas, de forma que el euro se cambiaba a 1,22 dólares. La libra, por su parte, lo hacía a 1,40 dólares. En cuanto al petróleo, el barril de Brent se replegaba por debajo de los 68 dólares, frente a los 70 dólares que llegó a rozar al inicio de la semana. El barril tipo West Texas, de referencia en EEUU, caía hasta los 62 dólares.