En los últimos años, aunque la crisis ha reducido la renta de gran número trabajadores, existe un gran porcentaje de personas que logran ahorrar para complementar su futura pensión pública, y además reconocen que sería necesario hacerlo. Es decir, la dificultad económica del momento impide destinar más parte del ahorro a este fin.

No obstante, para aquellos que se planteen el ahorro como inversión de futuro, se utilizan productos a largo plazo que tienen como objetivo complementar la pensión por jubilación que se percibirá de la Seguridad Social. Se trata de productos interesantes de cara a asegurar el futuro y que puede ser cobrado en forma de capital, en forma de rentas o bien de una forma que combine ambas posibilidades.

Parece lógico que cuanto antes empecemos, menor será el esfuerzo que tendremos que hacer mañana. Contratar un plan de pensiones u otro producto con vistas a la jubilación se va a convertir en una necesidad básica para aquellos que quieran mantener un nivel de ingresos después de su etapa laboral. Se trata de un instrumento financiero de ahorro para la jubilación en el que un inversor realiza aportaciones con la periodicidad y la cuantía que desee, lo que le permitirá disponer de un capital o una renta en el momento de la jubilación, en caso de incapacidad o de fallecimiento.

También, para aprovechar la ventaja fiscal ya que las aportaciones reducen la base imponible y permiten pagar menos impuestos en la declaración de la renta de ese año. Tanto las aportaciones como las plusvalías tributan como rendimiento de trabajo a la hora de cobrarlos, pudiendo percibirlos en forma de capital, renta o mixto.

Tras la reforma fiscal que el Gobierno puso en vigor en enero, el límite financiero para las aportaciones es de 8.000 euros independientemente de la edad que se tenga, y no como ocurría antes de la reforma que el límite estaba en 10.000 euros para aquellos que fueran menores de 50 años y 12.500 euros para mayores de 50 años. El tope fiscal, pasa a ser la menor de las siguientes cantidades: 8.000 euros o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y actividades económicas.

Cuanto antes empecemos, menos esfuerzo tendremos que hacer para alcanzar nuestros objetivos financieros, gracias a que los rendimientos se van a ir acumulado en el plan y van a ir generando otros nuevos. La otra razón clave para empezar cuanto antes, y va ligada con la anterior, es que cuanto mayor sea el horizonte temporal de nuestra inversiónmayores riesgos, en renta fija y renta variable podremos asumir, lo que a su vez implicará mayores expectativas de rentabilidad. Si empezamos tarde, nuestro horizonte temporal será mucho más corto, y si queremos evitar arriesgar nuestro capital nos decantaremos por inversiones de renta fija a medio y corto plazo que seguramente no sean suficientes, ni con el efecto del interés compuesto, para alcanzar las cantidades que necesitamos para nuestra jubilación.

Como se ha comentado, hay varias formas decobrar un plan de pensiones: en forma de capital, es decir, cobrando todo el ahorro acumulado en una o varias veces; en forma de renta, se percibe una cantidad de manera periódica; de manera mixta combinando ambas. En España, laReforma Fiscal de 2015 ha modificado las condiciones a la hora de recuperar la inversión.

Para tratar de ahorrar de cara a la jubilación saliéndose de los productos más tradicionales, hay muchas posibilidades. Tantas como perfiles de inversión existen. Por ello, nuestra recomendación es que se acerque a una oficina de Caja Rural del Sur, nuestros planes de pensiones ofrecen múltiples posibilidades de inversión que se pueden adaptar a su perfil. Así pues, puede decidir desde invertir en Activos Monetarios, destinados a obtener rentabilidades muy moderadas, hasta invertir en un Plan de Pensiones de Renta Variable que, asumiendo cierto riesgo en el corto plazo, puede ofrecerle interesantes rentabilidades en el largo plazo o en planes de previsión asegurados que ofrecen una rentabilidad garantizada durante toda la vida del producto

Le ofrecemos Planes de Pensiones con una política de Inversión Socialmente Responsable (ISR) se trata de planes que tienen en cuenta aspectos sociales, medioambientales y de buen gobierno a la hora de invertir. En definitiva, una filosofía de inversión basada en la transparencia, con una amplia gestión del riesgo y mayor presencia de valores éticos en el proceso de toma de decisiones.

 

Lorenzo Jiménez Márquez
Director Desarrollo Negocio
Caja Rural del Sur