Para minimizar estas consecuencias económicas que pueden ocasionarse por estos riesgos surgieron los seguros, y se definen como una institución jurídica que supone la transferencia de  riesgos que trata de eliminar algunas de las consecuencias económicas negativas de los  siniestros, de forma que el importe de los daños o pérdidas que sufre una parte se distribuyen entre una comunidad de personas que la soporta de forma conjunta, con un efecto mucho menor que si el daño se presentara de forma individual.

De esta forma se cubre una necesidad futura, que difícilmente podríamos asumir Estamos cubriendo una necesidad futura que según el caso, difícilmente podríamos asumir con nuestro patrimonio y que podría incluso llegar a causar nuestra ruina económica. Por tanto, en nuestra opinión el seguro nos da es tranquilidad ante una posible expectativa de tener un siniestro. Lo mejor del seguro es no tener que utilizarlos.

Si decidimos contratar un seguro debemos tener claro que hay que valorar los bienes por su valor real. Cuando no se aseguran bien los capitales de un riesgo, sea un hogar, un comercio o una empresa, puede producirse un infraseguro, que se asegure por debajo de la realidad o un sobreseguro, que se asegure por encima de la realidad.  Ambos casos no son buenos, pero el infraseguro es el peor de los casos.

Puede suceder que el el momento de indemnización de un siniestro el importe sea inferior al esperado inicialmente, esto se debe, generalmente a tener un capital contratado inferior al real, lo que se conoce con el nombre de infraseguro. Si el valor que hemos declarado es inferior al real, el importe de lo que pagamos por el seguro es menor de lo que deberíamos haber pagado, por lo que en caso de siniestro podrían aplicarnos la regla proporcional a la indemnización por el daño sufrido.

La regla proporcional es la fórmula que se aplica para el cálculo de la indemnización en caso de siniestro parcial cuando la suma asegurada es inferior al valor real del objeto asegurado; es decir, cuando se produce infraseguro. Esta regla se aplica cuando ha ocurrido un siniestro, y el asegurador percibe que el valor de los bienes asegurados supera al reflejado en la póliza. Entonces, y de acuerdo con lo descrito en el artículo 10 de la ley del contrato de seguro, se aplica la siguiente fórmula para calcular la indemnización:

 

[Capital asegurado en póliza / Capital que se debería de haber asegurado] * 100 = %, el cual se multiplica por el valor del siniestro y obtenemos la Indemnización Final

 

Para no incurrir en un infraseguro debemos valorar por el valor real de los bienes, es preferible asegurar por exceso que por defecto, aunque tampoco pasarse, pues entraríamos en la situación contraria de sobreseguro.

Para evitar la inflación, y tener que actualizar constantemente el valor de los capitales asegurados, se puede incorporar alguna revalorización automática en la póliza en función de IPC que revaloriza las sumas aseguradas, y consecuentemente las primas, en las pólizas de daños contratadas con RGA, el seguro de las Cajas rurales, estás revalorizaciones son automáticas, así evitamos, o al menos limitamos, los efectos de la aplicación de la regla proporcional.

Todavía son algunos los que piensan que los seguros son un gasto que no pueden pagar o es un lujo para negocios más sólidos; a pesar de que es cierto que el seguro tiene un coste, y se considera como un gasto deducible que todas las empresas, independientemente de su tipo, tamaño o antigüedad, tienen que incluir en su presupuesto, son gastos que no pueden evitarse y en algunos casos deben contratarse por ley.

 

Lorenzo Jiménez Márquez
Director Desarrollo Negocio
Caja Rural del Sur