Los mercados financieros han mostrado una sorprendente capacidad de recuperación pese a la reciente guerra relámpago entre Israel-EE.UU. e Irán, que duró apenas doce días y finalizó con un alto el fuego inesperado.
La aprobación en el Senado estadounidense de la polémica “Big Beautiful Bill Act”, una ambiciosa reforma fiscal impulsada por el gobierno de Trump, ha reforzado el apetito por activos de riesgo, aunque con preocupación por el aumento de la deuda pública.
En la Eurozona, se prevé un leve repunte del crecimiento económico gracias al impulso fiscal, mientras que el BCE podría estar cerca de concluir su ciclo de bajadas de tipos. Por su parte, EE.UU. muestra señales de desaceleración sin entrar aún en recesión, con un mercado laboral que se enfría gradualmente.
En renta fija, destaca la caída de los diferenciales de crédito tras la desescalada en Oriente Medio, especialmente en el segmento high yield. Se mantiene una preferencia por deuda privada europea de alta calidad.
En cuanto a renta variable, EE.UU. lideró las ganancias en junio (+5%), marcando nuevos máximos históricos en el S&P 500, mientras que Europa retrocedió levemente. El sector financiero encabeza las subidas anuales con un +37%, mientras que sectores como automoción y lujo siguen en negativo.
La valoración del mercado estadounidense se mantiene elevada (PER S&P 500 de 23,6x para 2025), lo que motiva una postura neutral en renta variable global. Se continúa sobreponderando el euro frente al dólar y la renta fija de calidad, con exposición reducida a Japón y a la renta fija de países “core” europeos.