La décimosexta edición de las Olimpiadas Rurales de Los Pedroches ha coronado este fin de semana a Los Montillanos como campeones indiscutibles de una cita que cada año crece en participación, emoción y espíritu comunitario. El equipo de la campiña cordobesa se ha alzado con el codiciado Gran Adoquín de granito de 40 kilos, tras una trayectoria ininterrumpida desde 2010 y habiendo rozado la victoria en la edición anterior con un segundo puesto.
El evento, celebrado en el municipio de Añora, ha contado un año más con el respaldo fundamental de Caja Rural del Sur, entidad que mantiene su compromiso con el desarrollo rural, la cultura popular y la dinamización del territorio a través del patrocinio de actividades que revalorizan el patrimonio inmaterial y promueven la cohesión social. Su colaboración ha sido clave para consolidar las Olimpiadas como uno de los eventos más singulares y esperados del verano en el norte de Córdoba.
Los Montillanos dominaron seis de las pruebas tradicionales del certamen —comba, pingané, a piola, sacos, zancos y carretilla— logrando registros históricos, como los 39 segundos en el salto a piola o el impresionante minuto en la prueba de carretilla. Con 682 puntos, se distanciaron claramente del resto de equipos, dejando a Los Jornaleros (Pozoblanco) en segunda posición con 612 puntos, y a La Fábrica Noriega en tercera con 600.
El alcalde de Añora, Bartolomé Madrid, fue el encargado de anunciar la victoria en una ceremonia que reunió a cientos de personas y en la que no faltaron emociones, tradición y espíritu olímpico rural. La jornada final estuvo marcada por el tradicional porteo del cántaro en la ermita de la Virgen de La Peña y el esperado cierre con la entrega de álbumes de cromos —este año dedicados a razas ganaderas— que también sumaban puntos a la clasificación.
Gracias al apoyo de Caja Rural del Sur, los equipos ganadores recibieron premios en metálico y estancias en casas rurales de San Martín, contribuyendo así a dinamizar el turismo de interior y fomentar la economía local.
La fiesta terminó con una comida de hermandad en el recinto ferial, poniendo el broche de oro a un fin de semana donde brillaron la deportividad, la convivencia y el orgullo por las raíces rurales. Las Olimpiadas Rurales de Añora, impulsadas por la colaboración público-privada y el esfuerzo comunitario, siguen creciendo como ejemplo de identidad, tradición y futuro.