El crecimiento de una empresa después de sus primeros meses de vida debe ser la prioridad número uno para cualquier negocio. Para ello, es necesario superar todas las barreras y los frenos financieros que impiden preparar las estrategias comerciales y económicas adecuadas para vencer las deudas que se han acumulado a lo largo del tiempo.
La principal consecuencia de estas dificultades es que las empresas andaluzas terminan estancándose en un volumen de ventas estable, bien por su propia situación financiera o por las circunstancias del mercado. Esto les impide planificar su propia cartera de inversiones lo que, a la larga, es un obstáculo para implementar la digitalización en su estructura productiva o preparar un plan de internacionalización que les permita acceder a nuevos públicos en otros países de destino.
En este artículo vamos a explicarte qué son los frenos financieros y por qué están impidiendo que tu negocio crezca. Sigue los consejos que te proponemos para que empieces a motivar a tus compañeros de equipo y, entre todos, seáis capaz de proponer estrategias perfectas para garantizar el bienestar social y económico de la empresa en el futuro.
Termina con estos tres frenos financieros de tu empresa
La Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa defiende que las pymes españolas son las más perjudicadas durante la crisis del coronavirus. En datos, antes del 2020 llegaban al 97% de las empresas españolas, con un total de 3.417.000 compañías, mientras que en julio de 2021 esta cifra no superaba las 2.917.000.
Las cuentas de las pymes se han visto resentidas durante la pandemia, lo que ha provocado que reduzcan su nivel de ingresos o incluso lleguen a desaparecer. Encontrar soluciones se ha convertido en una prioridad para muchos negocios andaluces, que deben sobreponerse a los desafíos para empezar la recuperación económica con las mejores garantías de éxito.
El primer paso es tener en cuenta los frenos financieros que les impiden avanzar, entre los cuales se encuentra la falta de cultura empresarial o de un nexo de unión entre los trabajadores. Esta palabra se define como “el conjunto de normas, valores, suposiciones, creencias, formas de actuar, pensar y sentir que comparten los miembros de una organización”. Si no hay una buena conciencia de la cultura empresarial, será difícil establecer una estrategia que coordine a los empleados y permita preparar unas directrices de comunicación concretas para comunicarse con los proveedores y los clientes.
En este sentido, es más necesario que nunca conocer el entorno del cliente, para analizar su perfil y conseguir un buen nivel de atención y fidelización, atendiendo a los procesos de análisis de datos y toma de decisiones inteligentes dentro de la empresa. La solución pasa por acudir a las fuentes adecuadas para diseñar una planificación de crecimiento que cuente con objetivos y un plan de trabajo desde el primer minuto. A través de un documento base que recoja los puntos clave en la organización de la compañía, el proceso productivo o las costumbres empresariales quedarán mucho más claras para todos los empleados.
Otro problema muy común es la existencia de cuellos de botella dentro de la propia empresa. Apartados como la producción, el departamento comercial o la gestión de las finanzas permitirá impulsar la eficiencia y la rentabilidad del negocio. En concreto, el departamento administrativo debe encargarse de que la empresa cuente con una organización operativa y dinámica, que ofrezca información a tiempo y facilite la toma de decisiones. También transmite una imagen coherente y moderna del negocio con respuestas precisas y rápidas, respecto a los presupuestos que se ofrecen a los clientes, el estado de la facturación o el estado de situación de un pedido. Lo mejor es facilitar una comunicación fluida entre los sectores organizativos para ir resolviendo los problemas de la empresa poco a poco.
Finalmente, no se puede crecer si se tiene una capacidad financiera comprometida. Si queremos elaborar una estrategia de desarrollo a largo plazo, no podemos permitir que el volumen de ventas crezca por encima de las posibilidades financieras que tiene la empresa. Si no podemos asumir estos ingresos, es necesario gestionar de forma más eficiente la tesorería, de forma que se puedan equilibrar los procesos de cobro y pago para tener la información adecuada, que permita analizar las fuentes de financiación disponibles en cada momento. Además, es necesario planificar con anticipación la disponibilidad del capital necesario, definiendo resultados financieros y contando con un plan para evitar que la empresa se estanque y avance con firmeza hacia el futuro.
Caja Rural del Sur, una entidad comprometida con el crecimiento de las empresas andaluzas
Evitar los tres frenos financieros más comunes para una empresa es una tarea que requiere esfuerzo, dedicación, y el apoyo de una entidad que conozca de cerca el mercado y pueda ofrecer soluciones que favorezcan el crecimiento de un negocio en el largo plazo.
Caja Rural del Sur está comprometida con el desarrollo económico de las empresas andaluzas, y es por ello que les ofrece soluciones para que gestionen su tesorería con las mejores garantías, a través de una cuenta exclusiva para su actividad que tiene en cuenta todas sus necesidades administrativas. Además, les ofrece opciones de financiación y avales para que puedan programar sus futuras inversiones y tengan una relación fluida con sus proveedores en el envío de productos al territorio nacional a los mercados de destino fuera de las fronteras españolas.
De esta forma, los empresarios, autónomos o emprendedores de Andalucía pueden preparar sus estrategias de digitalización e incluso un plan de internacionalización que les permita aumentar su volumen de ventas, mientras cuidan de que su capacidad financiera sea la correcta en cada etapa del viaje.