En el momento de incluir nuevas fórmulas productivas en el organigrama de una empresa, es importante tener en cuenta las variables del mercado y cuáles son las tendencias actuales de los consumidores. Durante la crisis del coronavirus hemos visto cómo sus necesidades cambiaban hacia el mundo digital, favoreciendo la existencia de nuevos modelos como la gig economy.
La economía de ‘bolos’ tiene su origen en los conciertos que tocan los músicos alrededor del mundo. En ellos, van desplazándose de ciudad en ciudad, consiguiendo dinero esporádico por sus actuaciones. De la misma forma, esta idea aprovecha el mundo digital y pone en contacto a los clientes con los trabajadores para llevarles productos como comida o ropa, lo que permite que estos últimos cumplan una serie de ‘bolos’ repartidos a lo largo de todo el día.
La flexibilidad y la comunicación en línea son las dos claves para entender por qué esta metodología se ha convertido en un auténtico baluarte dentro del mercado, que genera millones de euros todos los días. En este artículo queremos descubrirte en qué consiste la gig economy, así como los negocios más pujantes de esta fórmula de producción.
El origen de la gig economy: Silicon Valley
Como todas las grandes ideas tecnológicas, el origen de este concepto comenzó en la conocida zona de Silicon Valley, en California. La crisis económica del 2008 provocó que cada vez más empresas comenzaran a contratar personal para atender las necesidades de los ciudadanos neoyorquinos día tras día. De ahí nacieron iniciativas como Uber Eats o Mechanical Turk, que reclutan a miles de empleados capaces de distribuir comida o arreglar puertos informáticos en cuestión de minutos.
El resultado fue una nueva forma de trabajo que aprovechaba las ventajas de la tecnología con el objetivo de poner en contacto a jefes con empleados de todo el mundo, preparando horarios deslocalizados y ofreciéndoles una libertad necesaria para programar sus horas de trabajo sin dificultades. Compañías españolas como Glovo o Wallapop son buenos representantes de esta forma de vender productos a distancia.
Eso sí, los empleados que trabajan en este tipo de negocios saben que deben estar activos los 365 días del año, recibiendo sueldos estacionales que dependen de los ‘bolos’ que puedan llevar a cabo. En última instancia, esto significa que es difícil disfrutar de jornadas festivas o tomarse un descanso por enfermedades o accidentes leves. En el caso de que quieran reclamar el dinero, deberán pasar por un procedimiento administrativo complejo para conseguirlo en la sede del país donde se encuentre.
¿En qué consiste la gig economy?
Gran parte del funcionamiento de la gig economy se basa en un modelo digitalizado, que pone en contacto a los jefes con sus empleados, y a estos con los clientes a través de aplicaciones móviles o sitios web. Esto posibilita muchas ventajas, sobre todo en el ámbito de la internacionalización, porque permite enviar y recibir los productos con una comunicación fluida entre todas las partes.
La gran ventaja es la flexibilidad de horario. Los estudios demuestran que, cuando el empleado decide sus horarios, suele producirse un aumento de la productividad a gran escala. Esto es así porque las jornadas laborales extensas en una oficina o en cualquier otro lugar pueden ser agobiantes, mientras que la gig economy ofrece una alternativa perfecta para decidir cuándo y cómo se trabaja.
En segundo lugar, se busca el ahorro de costes, evitando el traslado, la alimentación y los gastos incidentales para los trabajadores independientes. Es el modelo de los trabajadores por cuenta propia y de aquellos que lo hacen desde casa o en espacios de coworking, lo que permite disminuir los gastos de las empresas en términos de compra de muebles y equipos.
Finalmente, la gig economy permite mejorar la calidad de vida, porque permite que los empleados puedan conciliar su vida familiar con su vida laboral, logrando una gran libertad para conseguir unos presupuestos familiares destinados a ofrecerles unos niveles de ahorro óptimos de cara al futuro.
Con toda esta información, ya puedes preparar una estrategia que te permita incorporar los beneficios de este modelo productivo en el que ya trabajaban los músicos a tu propio organigrama empresarial. Empieza por ponderar las características de la gig economy, aplicando sus principios tecnológicos a tu negocio para favorecer la digitalización, y ten en mente las necesidades de los consumidores para poder atender todas sus posiciones. De esta forma, te asegurarás de optimizar todos los procesos teniendo en mente al usuario final que va a disfrutar de tus productos.-