Se ha presentado en Caja Rural del Sur, entidad patrocinadora del informe, el vigésimo sexto número del Barómetro Económico de Sevilla (BES), elaborado por el Colegio Profesional de Economistas de Sevilla y la Universidad Loyola Andalucía. En el acto han participado representantes de las tres instituciones, entre ellos María del Carmen Delgado, directora ejecutiva del Barómetro y directora del Departamento de Economía de la Universidad Loyola; Francisco J. Tato, decano del Colegio Profesional de Economistas de Sevilla; y José María Vera, subdirector general y director comercial de Caja Rural del Sur e impulsores del estudio.
El informe analiza la coyuntura económica correspondiente al tercer trimestre de 2025 y confirma que la economía de la provincia de Sevilla cierra el año con un crecimiento sólido y sostenido, en línea con la tendencia observada tanto en Andalucía como en el conjunto de España.
Crecimiento y previsiones
Según el Barómetro, el PIB de Sevilla crecerá un 2,6% en 2025 y un 2,4% en 2026, impulsado por el dinamismo del sector servicios, la mejora del empleo y el aumento del consumo privado.
La tasa de paro provincial se reducirá hasta el 13,5% en 2025, con previsión de descender al 12,7% en 2026, consolidando una tendencia positiva en el mercado laboral.
Por su parte, la inflación se mantiene bajo control, con un promedio anual del 2,5%, gracias a la moderación de los precios energéticos y alimentarios, y al equilibrio entre la demanda interna y la oferta productiva. “Los datos confirman que Sevilla avanza hacia una etapa de crecimiento moderado pero equilibrado, con un mercado laboral en recuperación y una inflación contenida, factores que permiten mantener la confianza empresarial y la estabilidad económica”, ha señalado María del Carmen Delgado.
Por su parte, Francisco J. Tato, decano del Colegio de Economistas, subrayó que “el reto ahora es mantener este ritmo de crecimiento y hacerlo sostenible en el tiempo, apostando por la innovación, la digitalización y la formación del capital humano. Solo así Sevilla podrá consolidar una economía más diversificada y resiliente frente a las incertidumbres globales”.
Recuperación del empleo y dinamismo empresarial
El informe destaca el buen comportamiento del empleo, con un aumento de ocupados hasta 820.600 personas, un 0,6% más que en el trimestre anterior. Asimismo, la afiliación a la Seguridad Social alcanzó máximos históricos en agosto de 2025, con más de 834.000 afiliados, lo que confirma la fortaleza del tejido productivo provincial.
En el ámbito empresarial, la creación de sociedades mercantiles continúa su evolución positiva, mientras que la confianza empresarial se sitúa en su nivel más alto de los dos últimos años, a pesar de una ligera desaceleración en el último trimestre.
Sector exterior, turismo e indicadores de actividad
El sector exterior mantiene una evolución favorable. Las exportaciones crecieron un 9,2% en el segundo trimestre de 2025 respecto al primero, alcanzando los 770 millones de euros, mientras que las importaciones se redujeron un 8,3%, mejorando el saldo comercial hasta los 253,9 millones de euros.
El turismo continúa siendo uno de los pilares del crecimiento económico sevillano. Las pernoctaciones superan las cifras prepandemia de 2019, con una tendencia positiva en primavera y una leve corrección durante el verano.
En cuanto al consumo eléctrico, indicador vinculado a la actividad industrial y de servicios, se observa una leve ralentización tras un primer semestre dinámico, aunque sigue por encima de los niveles previos a 2020.
Índice BES y contexto nacional e internacional
El Índice Sintético Trimestral de Actividad Económica (Índice BES) alcanzó en el segundo trimestre de 2025 los 121,4 puntos, frente a los 107,1 del trimestre anterior, confirmando la aceleración de la actividad económica en la provincia.
A nivel nacional, el informe prevé que el PIB de España crezca un 2,8% en 2025 y un 2,4% en 2026, cifras idénticas a las proyectadas para Andalucía, en un contexto de inflación moderada y reducción del desempleo.
En el plano internacional, la economía mundial se enfrenta al cierre de 2025 con un crecimiento moderado y estabilidad de precios, en un entorno todavía condicionado por la incertidumbre geopolítica y las tensiones comerciales entre grandes potencias.




