El mes de octubre llega con un panorama de mercados resiliente, pese a la incertidumbre política en Estados Unidos. La falta de acuerdo entre demócratas y republicanos ha provocado un nuevo “cierre de la Administración” (shutdown), aunque su impacto macroeconómico se considera limitado si no se prolonga en el tiempo. Paradójicamente, los mercados lo han interpretado de forma neutral, ante la posibilidad de que la Reserva Federal (FED) acelere su política de recortes de tipos para amortiguar posibles daños.
La FED, de hecho, retomó las bajadas de tipos tras casi diez meses de estabilidad, reduciendo los fondos federales en 0,25 puntos, hasta el rango 4,00%-4,25%. El mercado espera cuatro recortes adicionales en los próximos doce meses, lo que situaría el tipo de intervención en torno al 3%. En contraste, el Banco Central Europeo mantuvo sin cambios sus tipos, con la facilidad de depósito en el 2%, y no se prevén movimientos a corto plazo.
En Europa, la atención se centró en las revisiones de calificación crediticia. Las agencias Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s elevaron la nota de España hasta “A+”, “A” y “A3”, respectivamente, en un reconocimiento al avance de las reformas estructurales. Francia, en cambio, vio degradada su calificación a “A+”, tras un año convulso en lo político y con serias dificultades fiscales.
En el plano macroeconómico, las previsiones apuntan a un crecimiento moderado en la eurozona, con un PIB esperado del 1,3% en 2025 y una inflación que converge hacia el 2%. En Estados Unidos, el crecimiento se situaría en torno al 1,8%, con inflación en niveles similares. Los indicadores PMI confirman una expansión sostenida, mientras que los programas europeos de inversión en infraestructuras y defensa deberían impulsar la actividad a partir de 2026.
La renta fija se mantuvo estable durante septiembre, con diferenciales de crédito sin grandes variaciones y un leve aplanamiento de las curvas de tipos tanto en Europa como en EE. UU. Las primas de riesgo de los países periféricos se redujeron tras las mejoras de rating. En este contexto, el posicionamiento de inversión se mantiene sobreponderado en deuda de alta calidad europea y soberana periférica, con duraciones contenidas ante la posible presión al alza en los tipos largos.
En renta variable, septiembre volvió a ser un mes positivo para las bolsas. El Ibex 35 destacó con un alza del 3,6%, acumulando una rentabilidad del 33% en el año, mientras que el Euro Stoxx 50 y el S&P 500 avanzaron más del 3%. El Nasdaq 100 y el Nikkei japonés subieron más del 5%, y los mercados emergentes repuntaron un 7%, situándose en máximos anuales.
Por sectores, la tecnología lideró el mes con un avance del 11% en Europa y del 7% en EE. UU., impulsada por la expansión de la inteligencia artificial, los chips y los centros de datos. En el ámbito europeo, la banca siguió destacando con una revalorización anual del 60%, mientras que sectores defensivos como alimentación y telecomunicaciones mostraron debilidad.
Pese al buen tono bursátil, las valoraciones son ya exigentes, especialmente en Estados Unidos, donde el PER del S&P 500 alcanza 25 veces beneficios, muy por encima de la media histórica. En Europa, el Eurostoxx 50 cotiza en 16,6 veces beneficios, todavía asumible pero en la parte alta de su rango histórico.
En conjunto, el informe mantiene una posición neutral en renta variable y ligera sobreponderación en renta fija, con preferencia por crédito de grado de inversión europeo. En el ámbito de divisas, se favorece el euro frente al dólar, aunque se considera limitado su potencial adicional. La visión global es prudente pero constructiva, apoyada en el fin de las tensiones comerciales y la estabilidad monetaria, pese a los riesgos políticos latentes.
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