Este martes 13 de mayo tuvo lugar la inauguración de la exposición «Como un arlequín en plena danza» de la artista Mento Muñoz en el Centro Cultural José Luis García Palacios, sede de la Fundación Caja Rural del Sur en Sevilla (calle Murillo, 2). La muestra podrá visitarse hasta el 11 de junio, en horario de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 h y de 18:00 a 21:00 h, con entrada libre.
El acto de inauguración de la exposición lo abría la responsable de Gestión Cultural de la Fundación Caja Rural del Sur, María Luisa García-Palacios, para expresar el agradecimiento del trabajo expuesto por Mento Muñoz y el gran poder de convocatoria que había tenido la misma. Además asistieron Layla Halcón, asesora artística de la Fundación, y el artista David López Panea.
La exposición recoge una selección de obras recientes de Mento Muñoz, construidas a partir de un lenguaje pictórico que se articula entre el collage, la geometría, la repetición de formas y el gesto intuitivo. En esta muestra, la artista despliega un universo visual propio donde convergen estructuras ensambladas, patrones geométricos y una paleta cromática vibrante, evocando una coreografía plástica que da título a la exposición: como un arlequín en plena danza.
Su imaginario conecta en la exposición con referentes históricos como John Heartfield o la estética gráfica de los años 50, así como con figuras clave del arte contemporáneo como Frank Stella, Sol Lewitt, Bridget Riley o Anni Albers. A través de estas influencias, Mento desarrolla un lenguaje que combina la precisión estructural con una rebeldía cromática que rompe cualquier rigidez formal.
El título de la exposición, «Como un arlequín en plena danza», funciona como una metáfora del proceso pictórico de la artista: sus obras se construyen desde el movimiento, la superposición y el juego visual. En ellas, los rombos, líneas y estructuras aparecen y se desdibujan en composiciones donde el equilibrio es siempre dinámico, inestable y lleno de vida.
Desde sus inicios, Mento Muñoz ha trabajado desde la urgencia de la imagen, en un proceso creativo donde cada decisión plástica genera la siguiente en una suerte de reacción en cadena. Su obra no parte de una planificación cerrada, sino de un impulso que se transforma en ritmo visual.
En este sentido, su metodología de trabajo se basa en la acumulación y la superposición, elementos que beben tanto del collage tradicional como de las lógicas visuales del arte urbano, la gráfica popular y el arte óptico.
Antes de centrarse en la pintura, Muñoz ya exploraba la intervención de imágenes y la reorganización de estructuras visuales. Esa forma de pensar persiste en su pintura, ahora con una intensidad renovada: sus lienzos funcionan como palimpsestos contemporáneos en los que las formas, los colores y los fragmentos conviven en una tensión constante entre el orden y el caos.