El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) fue un tratado internacional establecido en 1947. Con el objetivo de promover el comercio internacional mediante la reducción de barreras arancelarias y la eliminación de prácticas comerciales discriminatorias. El GATT fue, en definitiva, el resultado de las negociaciones llevadas a cabo por un grupo de veinticuatro países con el fin de establecer un marco normativo que regulara el comercio internacional una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Llama la atención la distinta naturaleza de los países firmantes, algunos eran las principales potencias económicas del mundo capitalista. Otros países en vías de desarrollo o con un reciente pasado colonial y otros como China, Cuba o Checoslovaquia, en aquel momento encuadrados dentro de la esfera de influencia de la URSS, si bien es cierto terminarían distanciándose después.
La piedra angular del GATT era el principio de no discriminación, que establecía el principio de la nación más favorecida (NMF). Esto implicó que cualquier concesión comercial otorgada a un país miembro debía extenderse automáticamente a todos los demás miembros. Esto evita la discriminación entre países y fomenta un trato equitativo en el comercio internacional.
Aranceles, aduanas y solución de controversias como principales objetivos del GATT
Uno de los principales propósitos del GATT era la reducción progresiva de los aranceles aduaneros sobre los bienes comerciales entre los países miembros. Esto se llevaba a cabo mediante rondas de negociaciones en las que los países acordaban reducir sus aranceles a cambio de concesiones recíprocas por parte de otros países.
El tratado también buscó simplificar y armonizar los procedimientos aduaneros y comerciales entre los países miembros para facilitar el intercambio de bienes y servicios. Esto incluía la eliminación de restricciones cuantitativas, como las cuotas de importación, y la promoción de la transparencia en las regulaciones comerciales.
Por último, el GATT proporcionaba un marco para la solución de controversias comerciales entre los países miembros a través de procedimientos para la resolución de disputas comerciales. Incluían: consultas bilaterales, mediación y arbitraje. El fin último de estos era evitar conflictos comerciales prolongados y promover la estabilidad en el sistema de comercio internacional.
El GATT operó como un marco normativo para el comercio internacional durante casi cinco décadas. Hasta que fue reemplazado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995. Sin embargo, muchos de los principios y disposiciones del GATT fueron incorporados al Acuerdo sobre la OMC, lo que garantizó la continuidad y la evolución del sistema multilateral de comercio internacional. Sin embargo, este no estivo exento de problemas, como veremos a continuación antes de comentar esa evolución hacia la OMC.
Una historia de desequilibrios, los principales problemas del GATT
A lo largo de su existencia, el GATT, enfrentó una serie de problemas y desafíos que reflejaban la complejidad del comercio internacional y la evolución de la economía global. Algunos de los principales problemas del GATT incluyeron:
Sobre la exclusión de áreas no arancelarias; originalmente se concibió la reducción de los aranceles aduaneros sobre los bienes comerciales. Esto significaba que áreas como los servicios, la propiedad intelectual y la inversión no estaban adecuadamente reguladas por el acuerdo, lo que dejaba vacíos en la regulación del comercio internacional.
La toma de decisiones en el GATT requería el consenso de todos los países miembros. A menudo dificultaba la capacidad del acuerdo para llegar a acuerdos sustanciales en áreas sensibles para algunos países. Esto resultó en dificultades para avanzar en las negociaciones comerciales y para abordar cuestiones controvertidas. Producto de esto, se produjeron grandes dificultades a la hora de alcanzar acuerdos.
Aunque el GATT proporcionaba un marco para la solución de disputas comerciales entre los países miembros, su efectividad era limitada debido a la falta de un proceso formalizado y vinculante para resolver las disputas. Esto llevó a la prolongación de conflictos comerciales y a la falta de cumplimiento de las decisiones adoptadas. De modo que el tratado encontró enormes limitaciones en la solución de disputas.
En lo que se refiere a la falta de transparencia y predictibilidad, el GATT carecía de mecanismos formales para garantizar la transparencia y la predictibilidad en el comercio internacional. Esto dificultaba la comprensión de las regulaciones comerciales por parte de los países miembros y podía generar incertidumbre para las empresas y los inversores.
Por último, en torno a los desafíos para la inclusión de los países en desarrollo. Aunque el tratado buscaba promover el comercio internacional en general, enfrentaba desafíos para asegurar la participación significativa y beneficiosa de los países en desarrollo en el sistema de comercio internacional. La asimetría en el poder de negociación entre los países desarrollados y en desarrollo a menudo dificultaba la capacidad de estos últimos para influir en las decisiones y los resultados de las negociaciones.
La evolución del comercio internacional, del GATT hacia la OMC
La evolución del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) hacia la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) marcó un hito significativo en la historia del comercio internacional y el sistema multilateral de comercio. Esta transición se llevó a cabo con el objetivo de fortalecer y modernizar el marco normativo que regulaba el comercio internacional. Adaptándolo a los cambios económicos y comerciales que se estaban produciendo a nivel global.
El GATT, establecido en 1947, fue un acuerdo provisional destinado a promover el comercio internacional y reducir las barreras arancelarias en la posguerra. Durante casi cinco décadas, el GATT sirvió como el principal marco normativo para el comercio internacional, facilitando rondas de negociaciones comerciales que llevaron a la reducción progresiva de los aranceles y la promoción de la no discriminación en el comercio.
Sin embargo, a medida que el comercio internacional se volvía más complejo y diversificado, surgieron nuevas áreas de preocupación y desafíos que no estaban adecuadamente abordadas por el GATT. Estos desafíos incluían cuestiones relacionadas con los servicios, la propiedad intelectual, la inversión y el comercio de productos agrícolas, entre otros.
En respuesta a estas preocupaciones y con el objetivo de fortalecer el sistema de comercio internacional, se iniciaron negociaciones para establecer una nueva organización que reemplazara al GATT. Estas negociaciones culminaron en la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995, como resultado del Acuerdo de Marrakech.
En conclusión, la evolución del GATT hacia la creación de la OMC marcó un importante paso adelante en la regulación del comercio internacional. Proporcionando un marco normativo más completo y actualizado que reflejaba los cambios en la economía global y los desafíos emergentes en el comercio internacional. La OMC continúa desempeñando un papel crucial en la promoción del comercio mundial y la resolución de disputas comerciales entre los países miembros.
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