La revista económica Mercados 21 publica una entrevista con el director del departamento de Banca Patrimonial y Privada de Caja Rural del Sur, Francisco Javier Lasarte, sobre la evolución de este segmento financiero en la actividad de la entidad. Recogemos el contenido informativo de esta publicación.
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En momentos de gran incertidumbre económica, la seguridad en la toma de decisiones es clave para inversores y ahorradores. Contar con el asesoramiento cercano y próximo de expertos con experiencia y conocimientos resulta estratégico.
De ahí la firme apuesta que está llevando a cabo Caja Rural del Sur para consolidar su posicionamiento en la gestión de Banca Patrimonial y Privada, con el objetivo de prestar servicios y productos con los máximos estándares de calidad a clientes que depositan su confianza en la entidad.
La singularidad y excepcionalidad que han supuesto los años con los tipos de interés a cero, llegando incluso a ser negativos, provocó en un determinado perfil de cliente un incremento por el interés y la demanda de productos financieros diferentes. Aquellos servicios y productos que van más allá del circuito habitual de la banca comercial. La pérdida de rentabilidad y retorno de esos productos más usuales, les llevó a ello. Sobre todo, tras el duro punto de inflexión que supuso la pandemia de la Covid19.
Precisamente, a principios de 2020, justo en lo más crudo de la irrupción del virus, Caja Rural del Sur creó un nuevo equipo compuesto por profesionales especializados y altamente cualificados, con la finalidad de prestar servicios adaptados a las necesidades y demandas de aquellos clientes que les piden más a su dinero. De este modo, comenzaba una nueva etapa en el impulso de la Banca Patrimonial en la entidad financiera.
Un área de la Caja “que cada vez es más relevante y tiene más peso específico”, como resalta el director del departamento, Francisco Javier Lasarte. Y que, a pesar de la importante competencia existente en el mercado de este tipo de productos, la entidad va consolidando y reforzando de forma constante y creciente.
En la actualidad, el equipo de Banca Patrimonial de Caja Rural del Sur está compuesto por seis especialistas, que trabajan para dar un “servicio de muy alta calidad y de excelencia en el asesoramiento de los clientes. Aconsejando y haciendo un seguimiento preciso de sus demandas y necesidades, y que cuentan con todo el apoyo de nuestra red de oficinas y profesionales”, explica Lasarte.
Asesoramiento experto, cercanía y seguridad
De hecho, el crecimiento desde el año 2020 ha sido constante y muy destacado. En ese ejercicio, los activos gestionados por Caja Rural del Sur ascendieron a 800 millones de euros. De los cuales el 50% correspondieron a productos de inversión y el otro 50% a productos de ahorro. En la actualidad, ya gestiona más de 1.000 millones de euros y contempla seguir incrementando el volumen de cartera.
Todo ello, como remarca el director de Banca Patrimonial, se ha ido labrando y fortaleciendo en un escenario que no ha sido precisamente fácil. Todo lo contrario, en un panorama de continua incertidumbre económica, con una sucesión encadenada de distintas crisis.
“De la crisis sociosanitaria que supuso la propagación de la pandemia, a la posterior crisis de materias primas, energética y económica derivada de una situación totalmente excepcional. A la que ha sobrevenido la guerra de Ucrania y la más reciente de Oriente Próximo. Un contexto que desencadena una situación de incertidumbre extrema a la que la entidad aporta seguridad, experiencia, conocimiento y saber hacer”, subraya Lasarte.
Así, pues, uno de los rasgos diferenciales de Caja Rural en la prestación de servicios de Banca Patrimonial es la cercanía y proximidad absoluta con sus clientes. Lasarte lo concreta de forma precisa y sin ambages: “Nos gusta conocer muy bien a los clientes y ponernos en su lugar. Nos preocupa y ocupa, sobre todo, la seguridad de sus ahorros e inversiones, de su dinero”.
El Plan Estratégico de Caja Rural del Sur 23-25 prevé un crecimiento de la entidad del 20% en los próximos tres años. Y el área de Banca Patrimonial estará alineada con este objetivo
A la vista del escenario económico de los dos últimos años, las letras y bonos del Estado han sido dos de los productos más demandados por los clientes de banca patrimonial de la entidad, ya que han tenido un muy buen comportamiento con rentabilidades que se han ajustado a sus demandas. Junto a ellos, también cabe resaltar los productos de Renta Fija y Mixta que igualmente han experimentado una muy buena evolución. En este punto, Lasarte también pone énfasis en la labor que realiza Gescooperativo, la sociedad de inversión colectiva de Grupo Caja Rural, que aporta aún mayor solidez y tranquilidad a todos los partícipes de la cooperativa de crédito.
Es más, como ya ha informado Mercados21, la sociedad cerró el pasado ejercicio con un patrimonio de 6.886 millones de euros en activos bajo gestión, cifra que supuso un avance del 12,8% respecto al año precedente. Y casi el 90% de los fondos de Gescooperativo tuvieron un desempeño por encima de su benchmark, constituido por los principales índices de referencia.
Con el objetivo de atender a sus clientes en función de sus necesidades, la entidad gestiona los activos bien a través de Banca Patrimonial o bien de Banca Privada, para aquellos que se sitúan por encima de la horquilla de los 300.000 euros.
La digitalización, factor dinamizador y de crecimiento
Uno de los hitos fusndamentales que está marcando la evolución de Caja Rural del Sur y su proyección de futuro es el proceso de digitalización que está acometiendo la entidad. Un proceso que ya está suponiendo un crecimiento destacado, puesto que abre nuevas oportunidades y perfiles de clientes para la Caja.
Además, desde el lanzamiento de la nueva Banca Digital y Ruralvía los clientes pueden autogestionar su cartera, algo que irá a más con las novedades y nuevos servicios que tiene previsto ir implementando la entidad. Como señala Lasarte, “esto también nos permitirá mejorar el acompañamiento y asesoramiento a los clientes, ahondando así en su fidelización, acrecentando así su confianza”. De tal manera, que se constituye como una gran palanca para la prestación de nuevos servicios y productos en el perfil de Banca Patrimonial.
Como pilar y base de este crecimiento y modernización, se encuentra el nuevo Plan Estratégico de Caja Rural del Sur 23-25 que prevé un crecimiento del 20% en los próximos tres años. El departamento de gestión patrimonial estará alineado con estas previsiones, siendo consecuente en todo momento con sus exigentes requerimientos de seguridad y tranquilidad para los clientes. Y velar, así, por los activos de los más de 2.600 clientes de este segmento con los que ya cuenta.
No en vano, Caja Rural del Sur posee un rantig ‘Baa1’, según la Agencia Moody’s, que la sitúa al mismo nivel de solvencia que el Estado español, lo que es indicativo de su prudente gestión y buen hacer financiero. El objetivo prioritario de la entidad en el segmento de Banca Patrimonial es dar un paso adelante “muy significativo”, en especial en Andalucía, Portugal, Extremadura y Madrid. Y hacerlo reforzando precisamente su visión cercana, teniendo siempre presente su vocación e implantación en las zonas rurales y las ciudades medias.
Aunque las previsiones de cara a 2024 están fluctuando y muchos datos apuntan a una posible ralentización de la economía, más aún por las consecuencias de los conflictos bélicos, para Francisco Javier Lasare lo lógico sería “que se incrementara el porcentaje de la cartera que ya posee la entidad destinada a inversión, por encima de los productos de ahorro. Si bien, como entidad nos encontramos a gusto con el balance actual de activos de inversión y ahorro. Es más que previsible que se produzcan aportaciones relevantes en los Planes para Empleo”.
Como cierre, al ser preguntado por el periodista sobre la inversión de grandes fortunas del país en criptomonedas, conocida tras los datos de IRPF que posee la Agencia Tributaria, el director de Banca Patrimonial de Caja Rural del Sur asegura que la política de la entidad “no contempla en ningún caso la inversión en activos opacos y de ultrarriesgo, sean los que sean, como es el caso de las criptomonedas. No seríamos coherentes con nuestra misión por salvaguardar los intereses y la seguridad de los clientes. A no ser que sean peticiones específicas, que deberán estar muy bien estudiadas y justificadas”.