Cuando eres universitario, la vida pasa muy rápido. No solo porque tienes que hacer examen tras examen, sino también porque tienes que afrontar gastos de forma continua. Las facturas del agua y de la luz, el alquiler del piso, las comidas del supermercado… Todo esto puede hacerse una bola y mermar tu salud financiera si no le pones remedio.
En España, el precio medio en las universidades públicas es de 1.124 euros el primer año, pero se prevé que en los próximos cursos este precio medio alcance los 935 euros al año. En Andalucía el crédito del grado en primera matrícula se establece en 12,62 euros y en 13,68 euros el de máster, lo que significa que tenemos que hacer acopio de nuestras finanzas para pagar los cursos académicos año tras año.
En este artículo vamos a enseñarte cómo puedes ahorrar siendo universitario, o qué debes hacer si vas a convertirte en uno de ellos desde septiembre. Si piensas que es difícil, no temas, porque con un poco de prevención y organización llegarás a todos los gastos sin descuidar tus ingresos; consiguiendo un nivel óptimo en tus cuentas para todo el año académico.
Ser universitario y ahorrar es fácil: sigue estos trucos
Comienza planificando tus cuentas desde el principio, atendiendo a tus ingresos y gastos para que empieces a ahorrar desde el principio. Esto te ayudará a conocer cuáles son tus fuentes de dinero y tus gastos, divididos en fijos, recurrentes y hormiga, lo que a la larga te ayudará a conseguir un nivel de ahorro perfecto para el futuro.
Empieza sacando el máximo partido de los descuentos para estudiantes. La tarjeta universitaria te permite conseguir una gran gama de ofertas en tiendas, restaurantes y eventos culturales, pero también te ayuda a comprar productos de Apple, Adobe y Microsoft a un precio reducido. Hazte una tabla con las ofertas y descuentos que te ofrece para que consigas ahorrar mucho dinero en el futuro.
En el caso de que no estés en tu lugar de residencia, siempre puedes optar por un piso compartido con otros estudiantes. Asegúrate de que esté en una zona barata de la ciudad y que haya al menos 3 o 4 personas para poder dividir gastos fijos como el agua o la luz, logrando que la renta compartida alivie un poco tus cuentas al final de cada mes.
En tercer lugar, compra libros de texto, ropa y muebles de segunda mano. Lo mejor que puedes hacer es obtener los materiales que necesitas en aquellas tiendas o páginas web de segunda mano que incitan a la economía colaborativa. Milanuncios o Wallapop están llenos de ofertas que te permitirán amueblar la casa o llevarte ropa para la universidad al mejor precio.
Tampoco dudes en valorar lo que tienes. Cuida bien de tus objetos personales para no tener que comprarte unos nuevos que los sustituyan. No tires las cosas a la basura, sino que intenta repararlas para no tener que hacer pagos desorbitados por piezas pequeñas de forma innecesaria. Un buen ejemplo de ello consiste en cambiar la pantalla del teléfono cuando se rompa, en lugar de comprarte otro móvil, remendar el agujero de la camiseta en vez de tirarla a la basura y pagar la reparación del portátil, salvo que puedas hacerlo por ti mismo.
¿Quieres tener un empleo a tiempo parcial? Contar con fuentes de ahorro siempre viene bien, ya trabajes como camarero en un restaurante o des clases online de cualquier asignatura. Aunque pases la mayor parte del tiempo hincando los codos, seguro que te quedan 15 o 20 horas semanales libres. Las opciones son muchas, así que no dudes en darte una vuelta por Linkedin u otras plataformas de empleo para ver qué se cuece en tu zona.
Por último, debes hacerte un plan de ahorro que te permita conseguir dinero en casa o en el supermercado. Empieza por definir unos objetivos de ahorro medibles y cuantificables, que te permitirán afrontar los gastos del piso y el supermercado. Intenta comprar productos frescos, a granel, en las tiendas de barrio para no tener ningún problema con los precios. Además, siempre puedes ahorrar en energía para conseguir muchos beneficios, así que nunca dejes pasar la oportunidad de sustituir el aire acondicionado por el ventilador para ahorrar un poco de dinero.
¿Cuál es tu consejo favorito? Síguelos al pie de la letra para que tus cuentas empiecen a estar más sanas y logres una salud financiera de hierro mientras pasas tus años universitarios. Disfruta de esta etapa y, si tienes alguna duda, solo tienes que preguntar a tus padres o a tus hermanos para que te ayuden siempre que lo necesites.-