La atención del mercado sigue centrada casi en exclusiva en los riesgos de tapering que por el momento sigue siendo un escenario remoto y alejado a pesar de las presiones inflacionistas. Aunque el fondo del discurso de los Bancos Centrales sigue siendo altamente acomodaticio, algunas voces, especialmente dentro de los miembros de la Fed, comienzan a mandar señales algo más hawkish, lo que supone un endurecimiento del discurso con respecto a lo que veníamos viendo en los meses previos y limita la excesiva complacencia en la que está instalada el mercado. Los rumores más extremos apuntan a una prueba piloto con los MBSs este mismo año. Powell dice que todavía es pronto para endurecer la política monetaria y se muestra confiado en la recuperación económica en EEUU de la que afirma que aun le queda camino por recorrer. El BCE por su parte tiene un lenguaje absolutamente dovish por el momento. En todo caso habrá que seguir vigilantes en este aspecto y no perder de vista las señales que envían las autoridades monetarias. Conviene vigilar la evolución del mercado laboral en EEUU, los deflactores de índices de precios y los PMIs.
La variante India del Covid 19 está incrementando el ritmo de infecciones en todo el mundo, incluidos algunos países como Reino Unido, Grecia o Israel, que ya gozan de un elevado grado de avance en la vacunación. En todo caso parece que la vacunación está resultando exitosa porque la presión hospitalaria no parece crecer al mismo ritmo que las nuevas infecciones. El impacto de esta nueva variante del virus pone en relieve que todavía no se puede bajar la guardia, y que algunos sectores de la economía todavía pueden verse afectados por las nuevas versiones del virus y las medidas de contención que implementen lo diferentes gobiernos (ie aerolíneas, hoteles, ocio). Otra lectura, es que el impacto de dichas nuevas variantes del virus en los datos macroeconómicos globales, puedan suponer un cierto freno o lastre en la evolución de las principales variables macro, dando de este modo lecturas de recuperación económica algo más suaves a las actuales, liberando de este modo presión de las autoridades monetarias.
Los mercados emergentes, generalmente, registran un buen comportamiento cuando el dólar es débil y además, las valoraciones de los activos siguen siendo atractivas en términos relativos con respecto a las de los activos de las economías desarrolladas. Esta visión no está exenta de vientos de cara, como el frenazo económico chino en 1S21, por una política monetaria más restrictiva, la situación política inestable en algunos países latinoamericanos, y el repunte de las TIRes en EEUU que encarece la financiación para los emisores en USD.Seguimos estando positivos en mercados emergentes, tanto en renta fija como en renta variable. La macro de estas economías en términos generales no es mala, aunque todavía no estamos viendo una aceleración clara del crecimiento en los países emergentes, creemos que este movimiento se debe desarrollar, en base a la reapertura de las economías que de momento sigue siendo parcial o algo limitada en algunos de estos países. Las materias primas también empujan.