La larga lucha que han llevado a cabo las compañías aeronáuticas Airbus y Boeing durante años ha tenido grandes repercusiones económicas para dos potencias mundiales con una gran red de contactos internacionales: Estados Unidos y la Unión Europea.
La decisión de suspender los aranceles impuestos en el mes de marzo supone un gran alivio para cientos de autónomos y empresas andaluzas acostumbradas a exportar sus productos a este país americano.
En este artículo se hace un repaso exhaustivo de la situación comercial de ambos países y las repercusiones económicas que tienen las decisiones sobre aranceles para los negocios, que podrán disfrutar del levantamiento de trabas burocráticas y las nuevas facilidades a la exportación que ponen a su disposición estos dos países hasta el mes de julio.
La lucha entre Airbus y Boeing: el comienzo de los aranceles
El “mayor conflicto comercial de la historia” comenzó en 2004, un año después de que la empresa europea de aviones civiles y equipos aeroespaciales Airbus superara en cifras de venta a su coetánea estadounidense Boeing.
Ese mismo año, el gobierno de George Bush acusó a Airbus de haber recibido subsidios ilegales desde los años 70 por valor de 22.000 millones de dólares. Los dirigentes europeos respondieron lanzando su propio desafío, asegurando que Boeing se había beneficiado de 23.000 millones de dólares en ayudas ilícitas desde mediados del siglo XX.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio la razón a ambas partes en 2010, cuando determinó que ambas compañías recibieron miles de millones de dólares en asistencia ilegal. La primera había recibido donaciones que no estaban contabilizadas por parte de España, Alemania y Reino Unido; mientras que la segunda había vivido la misma suerte gracias a las aportaciones del Estado de Washington y la ciudad de Everett a sus arcas comerciales.
La suspensión de los aranceles: hasta julio de 2021
La disputa continuó en el segundo decenio del siglo XXI, cuando se descubrió que Boeing había recibido subvenciones no declaradas entre septiembre de 2012 y septiembre de 2015. Fue en octubre de 2020 cuando la OMS autorizó a la Unión Europea a proponer contramedidas arancelarias de 4.000 millones de euros a Estados Unidos, como compensación por el perjuicio que este movimiento había supuesto para Airbus.
La contrapartida fue la decisión que tomó este organismo para que Washington pudiera imponer 7.500 millones de dólares en aranceles a productos importados de Europa. Las administraciones tomaron la decisión de utilizar este dinero para cerrar sus respectivos mercados y miles de empresas de ambos lados del globo sufrieron pérdidas millonarias como consecuencia.
Una llamada entre la nueva Administración de Joe Biden y Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, ha sido la que ha traído una paz necesaria para ambos bandos desde marzo. Por delante se encuentran cuatro meses en los que no habrá aranceles y los negocios podrán restablecer sus estrategias exportadoras para recuperar su economía en plena crisis del coronavirus.
Un nuevo comienzo para la exportación andaluza
España, y en concreto Andalucía, necesitaban este respiro para detener el daño que estaba viviendo el sector primario. Solo en los primeros siete meses desde que se activasen los aranceles, el campo español llegó a perder 200 millones de euros: las aceitunas verdes, la carne de cerdo, la mantequilla y los quesos fueron los sectores más afectados, pero el aceite de oliva vivió una auténtica crisis. La Junta informa de que durante todos los meses de “aranceles injustos”, el 70% del aceite de oliva de Andalucía ha desaparecido de los supermercados estadounidenses.
COAG Andalucía, por otro lado, afirma que los datos de comercialización del aceite de oliva han mejorado en la región desde marzo porque “el escenario ha cambiado totalmente para el sector”. La nueva realidad que ha traído la suspensión de aranceles ha traído una etapa de alivio para los olivareros andaluces, que “están viviendo una inusual etapa de estabilidad y justicia, con precios en origen por encima de los costes de producción, que no provocan una disminución de las ventas”. Otra gran noticia es la apertura de una nueva planta en Estados Unidos por parte de Acesur, una empresa andaluza que aspira a comercializar 40 millones de litros de aceite en el país americano.
Las previsiones son optimistas en estos cuatro meses que durará la tregua arancelaria, lo que indica que es un buen momento para comenzar a exportar productos a países como Estados Unidos. En este proceso es importante contar con una buena estrategia de negocio internacional, apoyada por una entidad con experiencia como Caja Rural del Sur. En este formulario los emprendedores, autónomos y empresas andaluzas que lo deseen pueden encontrar asesoramiento personalizado para hacer realidad todos sus planes de internacionalización. –