Artículo elaborado por Gescooperativo, Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva del Grupo de Cajas Rurales.
Acaba de cumplirse un año desde que en España se decretó el Estado de Alarma. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaraba que la ola de contagios por Covid-19 se había convertido en pandemia global, con las consecuencias que a día de hoy todos conocemos. La economía española ha sido golpeada con especial dureza y nuestro país, al igual que otras economías europeas, parece preparado para recuperarse con fuerza, aunque los riesgos sigan latentes en el corto plazo. La inyección de los fondos europeos podría contribuir a esta recuperación.
El optimismo en la contención de la pandemia deriva de la aceleración en el proceso de vacunación lo que, sin duda, se ha convertido en el principal catalizador positivo para los mercados.
Qué esperamos a nivel macroeconómico…
El entorno económico actual se caracteriza por fuertes políticas monetarias y fiscales que, sin duda, han contribuido a un ciclo expansivo en los precios de los activos de riesgo y unos tipos de interés muy bajos en la mayor parte de los países desarrollados.
Nuestro escenario base sigue siendo el de una recuperación económica con el respaldo de las políticas fiscales y monetarias expansivas. La OCDE ha presentado sus previsiones con una mejora de las expectativas de crecimiento. El PIB de España avanzará un 5,7% en 2021, solo superado por Francia en la zona euro.
En este contexto, los principales indicadores adelantados publicados en el mes de febrero son acordes con una recuperación económica, aunque a un ritmo dispar entre sectores y regiones. En la zona Euro, los contagios y confinamientos han seguido ralentizando la salida de la crisis, mientras que en China la actividad se mantiene soportada, y en EEUU, las cifras muestran un repunte del consumo.
Por sectores a nivel global, los últimos datos muestran una expansión manufacturera muy fuerte, estando todavía lastrado el sector servicios. Sin embargo, la mejora de la situación hace prever un fuerte rebote del sector servicios en los próximos meses. Por el lado de la inflación, la subida de los precios de la energía, está creando mayores tensiones y todo ello, nos lleva a pensar que, por primera vez en mucho tiempo, crecimiento e inflación pueden sorprender más al alza que a la baja.
En los mercados de renta fija
El repunte de los tipos de interés, con el aumento de la pendiente de las curvas, responde a la expectativa de recuperación económica, lo que ha provocado una distorsión a nivel sectorial, favoreciendo a los valores más cíclicos (que se habían quedado muy rezagados) y penalizando a los más endeudados. De esta manera, en Europa las alzas las lideraban los bancos, seguidos de aseguradoras, empresas ligadas al turismo y petroleras mientras que entre los perdedores, destacaban eléctricas, consumo no cíclico como empresas del sector alimentación, telecomunicaciones y farmacéuticas.
En cuanto a la inversión sostenible, queremos destacar el fuerte crecimiento que está teniendo en los primeros meses del año. Esperamos que se alcance un volumen record de estas emisiones en 2021. De hecho, la primera emisión sindicada de bonos verdes de Italia batió todos los records de demanda, lo que es una muestra del interés que levantan este tipo de emisiones. Podemos concluir que las inversiones sostenibles son una tendencia que se está consolidando en Europa y que indudablemente, el interés por este tipo de inversiones seguirá al alza en los próximos años.
Renta Variable
La evidente mejoría de la pandemia en los países con un mayor porcentaje de población vacunada, ha constatado que las vacunas están cumpliendo su cometido. Ante ello, el mercado de renta variable ha empezado a descontar la salida a esta crisis sanitaria, rotando la inversión desde sectores más defensivos como farmacéuticas o tecnología a los sectores más cíclicos, que se habían visto lastrados por las medidas de confinamiento de la población para combatir la epidemia. Sectores cíclicos como fabricantes de automóviles, siderurgia, petroleras o el sector financiero se han visto impulsados por estas buenas expectativas y los sectores como el tecnológico, eléctrico o el farmacéutico se han quedado rezagados dentro de esta positiva evolución del mercado. Los índices europeos con más peso de empresas industriales o el Ibex con un fuerte peso del sector financiero también han reflejado esta tendencia, mientras que los índices con más peso en tecnología como el Nasdaq han subido algo menos.
En conclusión, las bolsas se están comportando bien ante la moderada subida de los tipos de interés, y dado que se parte de unos tipos de interés reales muy bajos, esperamos que la tendencia en las bolsas también continúe, aunque a un menor ritmo que el vivido en los primeros meses del año. La dispersión sectorial que hemos visto en febrero es difícil que continúe al mismo ritmo, aunque si esperamos que los valores cíclicos (empresas ligadas al turismo, viajes y consumo) sigan protagonizando la evolución de las bolsas.
La gestión en nuestros fondos…
En los fondos de renta fija queremos destacar que a pesar del repunte en tipos de interés de los bonos soberanos, continuamos con duraciones inferiores a sus índices de referencia. Pensamos que a pesar de las compras del BCE, los mínimos en la rentabilidad de los bonos ya los hemos visto, y la evolución de las tires será al alza, aunque de forma moderada.
En cuanto a la familia de fondos mixtos, continuamos sobreponderados en renta variable. En febrero los valores que han aportado mayor rentabilidad a las carteras han sido valores cíclicos y los que han restado más han sido defensivos. En concreto, los activos que más rentabilidad han aportado han sido valores europeos, mientras que los que más han restado han sido las grandes compañías tecnológicas.
Y respecto a los fondos de renta variable, hemos incrementado ligeramente el peso en bolsa, aprovechado las correcciones del Nasdaq para aumentar la posición en valores tecnológicos.
Y como conclusión…
Bajo el análisis planteado, en el corto plazo las bolsas europeas se comportarían mejor que las estadounidenses, ya que la valoración de las acciones europeas es más atractiva y los tipos de interés en EEUU son superiores a los europeos.