Destacamos, en la UEM, el índice ZEW de confianza de analistas e inversores alemanes, que reflejaba unas expectativas positivas hacia la Eurozona. También sobresalían los datos procedentes de Reino Unido, donde conocíamos que el IPC, en septiembre, se situaba en el 3% a., lo que supone su mayor valor desde marzo de 2012. Las ventas minoristas británicas se mostraban débiles en septiembre al caer un -0,7% m., a la par que en términos interanuales mostraban una expansión de 1,6% frente al 2,1% esperado.
En China, los datos del 3tr17 revelaban un crecimiento del PIB del 6,8% a., con una mayor estructura del sector terciario (crece a un ritmo del 7,8% acumulado y representa el 53% de la actividad) y una relevancia excesiva de la inversión.
En el ámbito institucional, el Senado de EEUU daba el visto bueno a un presupuesto para el próximo año fiscal, superando así un importante obstáculo para la reforma tributaria del país.
La tregua política vivida no fue suficiente para que el Ibex subiera (cayó un 0,37% en la semana, pese a subir el viernes un 0,34%), pero sí para que se mantuviera por encima de los 10.200 puntos. Tampoco fue suficiente para que el selectivo español estrechara su margen con el Dax, que se agrandó exponencialmente desde el inicio de la crisis catalana a principios de septiembre. El índice germano cerró la semana plano, tras superar por primera vez en su historia los 13.000 puntos. Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones superaba nuevos máximos al marcar por primera vez los 23.000 puntos.
El enrocamiento de las posiciones de Barcelona y Madrid tuvo su reflejo también en la deuda pública. Dicha incertidumbre política tenía efectos sobre los bonos (+4,3 p.b. sem. en el español a diez años hasta 1,66%), si bien los aumentos de rentabilidad eran más pronunciados en los T-Notes (+9 p.b. hasta 2,3664% en el 10 años).
En cuanto al mercado de divisas, la libra esterlina se debilitó durante la semana ante la publicación de unos débiles datos y la mayor desconfianza puesta sobre los efectos del Brexit en la economía de Reino Unido. En consecuencia, la divisa británica caía un 0,75% sem. contra el dólar y un 0,72% sem. contra el euro. Siguiendo con la moneda única, ésta realizaba un movimiento en forma de “V” y acababa cerrando en tablas (1,1817 EURUSD), pues el fortalecimiento del dólar en el arranque de la semana (ante unos datos positivos en EEUU) iba perdiendo terreno a partir del miércoles.
El petróleo, por su parte, ha seguido estable, aunque el viernes el barril de Brent cayó por debajo de los 58 dólares, tras conocerse que los inventarios de gasolina y de diésel en EE UU aumentaron notablemente la semana pasada.