Pero si por algo estuvo marcada la semana, más allá del escenario político que se ha abierto en España, fue por la decisión de la Fed de comenzar a reducir su balanceen octubre. El banco central estadounidense avanzó en el proceso de normalización monetaria y reiteró su intención de volver a subir los tipos antes de que concluya el año. La noticia tuvo un impacto mayor en el mercado de deuda que en la renta variable.
El repunte de la rentabilidad de la deuda estadounidense, el bono a dos años se situó en máximos de octubre de 2008 mientras la referencia a 10 años continúa por debajo del 2,3%, tuvo su efecto en el resto de Europa. Los inversores procedieron a la venta de bonos el jueves, justo el día después, un movimiento que se vio corregido el viernes después de que el BCE reiterara que todavía es necesaria una política monetaria expansiva para que la inflación subyacente se recupere. Las declaraciones efectuadas por el vicepresidente del BCE, Vítor Constancio, alejaban la retirada de los estímulos por parte del BCE. La rentabilidad del bono español a 10 años concluyó estable en el 1,63%.
A lo largo de la semana la deuda española experimentó un significativo movimiento, pero pese a ello concluyó estable respecto a lo registrado un viernes antes. La prima de riesgo continuó sin apenas cambios en los 118 puntos básicos. Más significativo fue el comportamiento de la deuda experimentado por la deuda portuguesa a 10 años que cerró en el 2,4% frente al 2,8% de una semana antes. Este descenso respondía a la decisión de S&P de devolver a su deuda a grado de inversión el pasado día 15 al cierre del mercado. En paralelo, también en esta semana Moody’s rebajaba la calificación crediticia de Reino Unido a “Aa2” desde “Aa1”, alegando que el panorama de las finanzas públicas británicas se ha debilitado significativamente ante los grandes interrogantes que deben afrontar los planes de consolidación fiscal del Gobierno y las expectativas a que la carga de deuda siga aumentando.
En el ámbito emergente, S&P reducía la calificación de China y lo hacía desde AA- hasta A+, a la par que su perspectiva era situada en estable. Esta decisión se justificaba mediante el aumento de los riesgos económicos y financieros derivado del prolongado periodo de crecimiento del crédito, el cual se estima continuará siendo elevado en los próximos 2-3 años. En cuanto a la renta variable, el Ibex se desmarcaba de las subidas generalizadas en bolsa y perdía un -0,15% sem. En un contexto marcado por el incremento de la tensión institucional y política a causa en esta ocasión del desafío separatista en Cataluña, los inversores optaron por la calma. El Ibex 35, que en las últimas sesiones había quedado rezagado de los principales índices europeos, concluyó la semana con una caída del 0,12%.
El Dax alemán, que esperaba a que el domingo se confirmara la reelección de Angela Merkel, cerraba plano. En los últimos cinco días, el índice germano se anotaba un 0,6%. El resto de índices mantienen un comportamiento similar. El Cac francés concluyó el viernes con un avance del 0,27%, el FTSE británico se anotó un 0,64%; el Mib italiano un 0,17% y el Euro Stoxx, un 0,05%. En cuanto al mercado de divisas, el interés de la semana recaía sobre los movimientos del dólar ante los anuncios de la FED (se apreciaba hasta 1,1863 para después perder terreno hasta 1,1963 EURUSD). La libra esterlina se depreció más de un 1% contra el euro (llegaba a situarse en 0,88858 EURGBP, aunque acababa recuperando parte del terreno perdido hasta 0,88096),
En cuanto al petróleo, el Brent, que en la semana avanzaba un 2%, superaba los máximos de abril y se encamina a revalidar los máximos del año por las mejora de las expectativas de reducción de la sobreoferta y el fuerte grado de cumplimiento del acuerdo de recorte de la producción adoptado por la OPEP.
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