Primera semana del año marcada por la tensión de las bolsas de China. Y es que cerraron sesión anticipadamente el lunes y el jueves siguiendo la norma que permitía la suspensión de cotización hasta el día siguiente si las pérdidas eran superiores al 7%. La medida, posteriormente derogada, hizo que los inversionistas incrementaran sus ventas por el temor a quedarse atrapados en sus valores. La caída en las bolsas chinas arrastró a las bolsas europeas, que cerraron la semana en rojo. El retroceso más acusado se daba en el Dax alemán que perdió un -8,3% (9.849 puntos) por el temor a la disminución de las exportaciones al gigante asiático. El Eurostoxx lo hizo un -7,2% en la semana y el Ibex 35 sufrió una caída del 6,7% hasta los 8.809 puntos. El movimiento de caída también arrastró a las bolsas al otro lado del Atlántico, el Down Jones -6,2% de descenso semanal, y S&P500, -6%, cerrando en los 16.346 y 1.922 puntos, respectivamente. En cuanto a la deuda soberana, se benefició como huida hacia los valores de mayor calidad; las compras de deuda pública hicieron bajar sus tires. Así, la rentabilidad del bono alemán a 10 años cayó 11,4 puntos básicos hasta el 0,52% ; su homólogo español caía más de 4 p.b. situándose en niveles del 1,70%. Con respecto al eurodólar, en esta semana el euro se apreció ligeramente frente al dólar, llegando a recuperar los niveles de 1.09 dólares. El Yuan era motivo de preocupación al situarse en su nivel más débil desde comienzos de 2011. En cuanto al petróleo, se mantienen los diferentes motivos que hacen que el exceso de oferta siga prolongando la caída de su precio. El barril de Brent se cotizaba a 33.9 dólares el barril (-9,20%).
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